Hace unos días comentaba, medio en broma, que iba a escribir un post con el titulo, "La Cortina de Humo del Feminismo" y lo hacía al hilo de un tweet de Pedro Sánchez que decía:
"Es el tiempo de las mujeres. Todos lo fueron pero hoy, por fin, la sociedad empieza a asumir como propias las reivindicaciones feministas. Reformemos la Constitución para incluir en ella uno de nuestros mayores avances: la igualdad entre hombres y mujeres. #40añosDeConstitución".
Bien, pues voy con el anunciado post.
El tweet es un engañabobos, porque la realidad es que el artículo 14 de la Constitución, como muchos juristas y no juristas recordaron al Presidente, ya establece la igualdad de hombres y mujeres, por lo que ninguna reforma requiere la Constitución en este área. Pero da igual, queda "chuli" decir esto y sirve para conseguir un montón de retweet, y lo que es mejor, para que parezca que se hace algo, al tiempo que se evita hablar de otras cosas.
Las reivindicaciones feministas, la lucha por la igualdad plena de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres es, sin duda, una reivindicación legitima, necesaria y loable. No obstante, más que reivindicaciones, lo que harían falta, son hechos: políticas y acciones concretas. No nos vaya a pasar como a Leticia Dolera; y es que, una cosa es predicar y otra dar trigo. Pero no quiero desviarme de la idea central que quería desarrollar, así que dejo a Dolera tranquila, que ya bastante tiene y retomo el tema.
Desde hace tiempo vengo observando que determinados líderes y personalidades políticas, sociales, institucionales o culturales, recurren al tema del feminismo, lo que en principio no está mal; el problema viene cuando lo hacen de manera incesante y sin sentido, buscando el aplauso fácil y casi garantizado, para no hablar de otras cosas o no tomar partido en aquellas que son más de su incumbencia. Es decir, a modo de cortina de humo, incorporándolo a su discurso habitual como una especie de seña de identidad o marca personal.
El feminismo y la reivindicación feminista, se han convertido para algunos, y muy especialmente, para algunas, en el antídoto perfecto para parecer que hacen algo, cuando no hacen absolutamente nada. Ni en materia de feminismo, ni otras cuestiones, que son más naturales o propias del cargo o personaje en cuestión.
El vicio, el empleo de la cortina de humo, es más habitual, por cierto en mujeres, lo que a mí, personalmente me produce una enorme frustración. Y es que, convendrán conmigo, que es una pena, que una mujer que ha logrado llegar a un puesto relevante o incluso a lo más alto, al final, solo emplee ese cargo para la reivindicación feminista y no para mejorar en las cuestiones naturales propias del puesto, demostrado así la excelente capacidad y buena preparación de una mujer para el desempeño del mismo. Al final queda una especie de sensación de vacio: vale está ahí, ha roto el techo de cristal, pero ¿qué aporta nuevo?
Esta cortina, por ejemplo, y aquí entro en el área de la Justicia, es muy palpable en la Ministra de Justicia. Si revisamos sus tweet, veremos que la mayoría son en esta línea y por lo que vengo siguiéndola, no hay discurso, ponencia, entrevista o intervención, en la que no lance un encendido alegato en pro de los derechos de la mujeres. Es lógico, saca la cortina, airea el humo, entretiene al aforo, consume el tiempo del discurso o turno de palabra y obtiene el aplauso fácil. ¿Quién puede estar en contra de la igualdad de hombres y mujeres? ¿Quién no aplaudiría ante algo así?
La verdad, hoy en día, hablar de feminismo y abogar públicamente por el mismo, aunque luego no se haga absolutamente nada en la práctica para mejorar la situación de las mujeres, es muy productivo y queda muy aparente, precisamente, lo contrario de post de este estilo, con el que no espero hacer muchos amigos y amigas, ni pienso, tendrá mucha repercusión: porque la realidad es que hay cierto temor a cuestionar, todo lo que se sale de los dictados de lo políticamente correcto, en especial, en relación al feminismo, donde enseguida aparecen los etiquetadores.
Por supuesto que podría poner otros ejemplos de altos cargos de instituciones y entes del mundo jurídico o legal que también emplean el feminismo como cortina de humo, pero dado que es bastante evidente, ya dejo que se fijen ustedes.
Ángel López
Abogado