Como sabéis, se ha celebrado el Congreso de la Abogacía Madrileña y el Congreso Nacional de la Abogacía. Acontecimientos relevantes, frente a los que he preferido guardar silencio en redes sociales.
No me parecía adecuado cuestionar o preguntar en relación a ellos, cuando ya no había marcha atrás, los programas estaban cerrados y todo organizado. No era el momento de abrir debates, si bien, algún que otro tweet o retweet, es posible que se me haya escapado. Uno, es humano.
Por otro lado, uno siempre tiende a pensar, que igual es muy raro, y lo que opina, no es compartido por los demás. Con el tiempo, esta sensación se ha venido desvaneciendo. Pronto he podido advertir, que mi opinión es compartida por bastantes compañeros, al menos, en sus líneas generales. Para mi asombro, la vida te da sorpresas, ya que descubrí en las redes sociales, que, David Maeztu (@davidmaeztu), un abogado al que no seguía en Twitter y que tampoco me sigue, el mismo día que se iniciaba el Congreso Nacional de la Abogacía, había publicado un comentario en su blog, que si se descuida, coincide exactamente con el título de éste, y que yo ya tenía en mente. Vamos, que hemos debido sentir lo mismo.
Efectivamente, el problema es el nombre. Los congresos se llaman “Nacional de la Abogacía” y de la “Abogacía Madrileña”, y claro, en esos conceptos, supuestamente, estoy incluido. Soy Abogado y Abogado Madrileño. Y, que Dios me perdone por ser así de raro, pero esos, no son mis Congresos.
Igual si se les hubieran llamado Congreso Nacional del Consejo General de la Abogacía o Congreso del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, es posible, que no hubiera escrito este comentario. Pero claro, si los llaman de la Abogacía y de la Abogacía Madrileña, me siento aludido, que no identificado, y el pensamiento, me dice: ¡qué grande les viene el nombre!
A medida que voy escribiendo, siento que hay mucho que contar, y que tengo poco tiempo para hacerlo, así que, voy a empezar a ir a lo fundamental.
La primera crítica, va para todos. Sí, para los propios abogados. Para todos, para los de grandes despachos y para los de despachos pequeños. Pero muy especialmente, para estos últimos entre los que me incluyo.
Se da uno una vuelta por las redes sociales, y se sorprende. Oye, os parece todo maravilloso. No estoy diciendo que tengáis que compartir mi opinión. Pero, ¿no hay nada que mejorar? ¿Os parece todo fantástico? ¿Ninguna sugerencia para futuras ediciones? He visto algunas, pero creo que muy pocas, y la tónica es: “Ohhhh, graciassss, ha sido un Congreso Maravillosooooo!!!!!”.Postureo, que le dicen ahora, o pasteleo, para dar y tomar, y el resto callados, no vaya a ser que nos tachen de que vamos contra la profesión, somos malos compañeros, anticolegios o que pretendemos desunir. Sinceramente, creo que la culpa es nuestra, y tenemos, lo que nos merecemos. Somos muy poco críticos, conformistas. Parece mentira, con lo que luego peleamos por nuestros clientes.
Creo que no es justo meter en el mismo saco ambos Congresos. El de Madrid, tiene diferencias sustanciales y cuantitativas con el de Vitoria, así que voy a explicar primero aquello que creo que comparten y luego, me centro un poco más en el de Vitoria, en el llamado de la Abogacía, donde la problemática se acentúa notablemente.
Los dos comparten que no han sido pensados para la asistencia de todos los abogados. Esto queda patente en los días elegidos para celebrarlos. Lunes, martes y miércoles en el caso de Madrid, y miércoles, jueves y viernes, para el caso de Vitoria.
Si se estuviera pensando en que puedan asistir todos o la mayoría de los abogados, se habrían puesto en jueves, viernes y sábado. Tampoco pasaría nada, ojo, por viernes, sábado y domingo, pero bueno, no quiero ser tan raro, que eso ya de trabajar en domingo, igual a alguien le parece muy radical. Es obvio, que es más fácil faltar día y medio al despacho, que tres días (más el de desplazamiento), e incluso se podrían poner en jueves, aquellas cosas más especificas y así sería factible que hubiera quien se incorpore el viernes.
Hay que decir, en descargo del congreso del ICAM, que es su primera edición, por lo que ha podido ser un simple fallo, fruto de la inexperiencia, y fruto del referente que marca el CGAE, organizando sus congresos en días laborables. (Vaya, aquí me ha fallado el subconsciente, que el sábado también es laborable) Además, en el de Vitoria, me parece especialmente, sangrante el tema, pues, teniendo en cuenta que es un Congreso Nacional, que cierre, en viernes, y luego los asistentes, se vayan a disfrutar de su fin de semana, pues la verdad, esto ya es para nota. ¿En qué abogados están pensando?
Por otro lado, el segundo punto, es el precio de los Congresos. En el de Madrid, se rectificó, y se redujo considerablemente, tras ciertas quejas, aunque sospecho, que no solo fue por ese motivo, sino porque al precio inicial la asistencia iba a ser escasa. Bueno, insisto, siguen teniendo el descargo, de que es la primera edición. Este punto se ha rectificado, y supongo que, difícilmente, en futuras ediciones, los precios podrán ser muy superiores a los finalmente marcados, que son bastante razonables. Actuarán de precedente. Parece que las quejas, a veces funcionan y la Junta de Gobierno ha sabido rectificar, al menos en esta cuestión, haciendo el Congreso más accesible. Claro, que lunes, martes y miércoles, no facilita nada la asistencia. ¿En qué abogados están pensando?
El de Vitoria, el precio es muy elevado. 411 euros la entrada. A eso le sumas desplazamiento, hotel, comidas, y gastos extras, y en fin. Se pone en un pico. También hay que sumar el coste de tres días sin estar en el despacho, cuando menos, porque los desplazamientos también hay que sumarlos. Nuevamente, ¿En qué abogados están pensando?
Ahora voy a dar algunos datos, que igual no son exactos, pero sirven para hacernos una idea. El que hayan asistido 1.500, en el caso de Madrid, o 1.200 abogados en el caso de Vitoria, no es para calificarlo de éxito.
Recuerdo que en Madrid hay más de 40.000 abogados colegiados como ejercientes, y otros 70.000 como no ejercientes. En Madrid, había 300 ponentes, que digo yo que algún amigo o compañero de despacho tendrán, e igual, han ido a verles. Hay siempre una serie de personas, cargos institucionales de otros ICAS, AJAS, expertos o trabajadores en marketing del sector, abogados de editoriales, etc., que obviamente no pueden faltar a este tipo de citas. Los grandes despachos y gabinetes jurídicos de grandes empresas, cómo no van a mandar a alguien. También hay gente aburrida, en paro, estudiantes, profesores universitarios, colegiados como no ejercientes. Madrid es muy grande. ¿Cuántos abogados de la Abogacía Madrileña de despacho individual o pequeño han asistido realmente? Me temo que muy pocos, aunque sospecho que muchos más que en Vitoria.
Me centro en Vitoria. Donde como digo, el problema se acentúa mucho. En España hay 140.000 abogados ejercientes. No eran tantos ponentes, unos 70, pero para mi sorpresa, parece ser que hay 250 acompañantes. A ver si alguien me explica ¿qué es esta figura? En este caso, lo dicho para Madrid, de representantes institucionales de ICAS, AJAS, profesionales del marketing, grandes despachos y asesorías de grandes empresas, se multiplica, y a ello hay que sumar los abogados de Vitoria y alrededores, qué cómo no se van a apuntar al Congreso. Vete a saber cuándo volverán a tener un evento así cerca. Creo que el Colegio de Álava, cuenta con unos 500 abogados. Bilbao, esta a poco menos de 50 minutos. E imagino que, habrá, al menos, otro par de Colegios de tamaño similar relativamente cerca. La conclusión es obvia, ni siquiera han ido muchos de la zona (el caso de David Maeztu), si tenemos en cuenta que hablamos de unos 1.200 asistentes, y que hay unos 700 Diputados de ICAS, sin contar a los AJAS.
Y 1.200 asistentes,a pesar de que a mí me parece haber ver visto en las fotos mucha silla vacía. No es de extrañar, que haya quien saque entrada, y luego solo asista un día, o a algo concreto. El dejarse ver, es ya un aliciente para muchos despachos o abogados. Y además, cuando a uno se lo pagan…
Podéis echar la cuenta y sacar los porcentajes, pero lo cierto es que abogados de despacho individual o mediano (la mayoría en el sector, algunas fuentes hablan del 90%), que no estén relacionados con ICAS o AJAS, o tengan intereses en marketing, han asistido muy poquitos. Por poner un ejemplo, en el caso de Vitoria, de todos los que conozco personalmente, y tengo relación con ellos en redes, y no son cargos institucionales, solo me ha parecido ver a dos. Uno es profesional del marketing y otro no ejerce en tribunales. ¿Cuántos y qué tipo de Abogados han asistido? ¿Cuántos de despacho individual o pequeño han asistido realmente? Os dejo que respondáis vosotros.
Además, como bien apunta David Maeztu, hay ICAS que subvencionan parcialmente la asistencia al Congreso, lo que constata que el precio es desorbitado. Esta subvención demuestra la existencia del problema, al cual, además, en vez de ponérsele solución, esto es, hacer un Congreso más económico y accesible al común de los abogados, se parchea, con el otorgamiento de una subvención, que además es pagada por otros que ni asisten.
Por lo que respecta a los programas y temas tratados, a mí personalmente, y por lo general, no me parecen muy interesantes, si bien, soy consciente, de que esto es más subjetivo, y que además soy bastante rarito en lo que respecta a formación. Claro que el enfoque, en ambos casos, es esencialmente de congreso formativo, y a mí me gustaría algo más corporativo y profundo, de estudio y debate de lo relativo a la profesión y de la problemática de nuestra Justicia, o al menos, una mezcla, y aquí creo que flojean mucho ambos, y de manera especial el del CGAE, que ha metido algunas ponencias que creo que al común de los mortales nos resultan indiferentes. De hecho, el Congreso lleva por título “por una sociedad más justa”, sin embargo, en el programa no encontramos casi ponencias sobre los verdaderos problemas de la ciudanía y de nuestra Justicia. Algunos de los cuales, si parecen mencionarse en discursos y declaraciones. ¿Por qué no tienen luego su análisis y desarrollo en las ponencias del Congreso? En fin, esto daría para otro comentario.
Habría muchas cosas que comentar y otras muchas que conocer, especialmente en el caso del Congreso de Vitoria: quién, o qué empresa se encarga de la organización, si el Congreso se paga con fondos institucionales (vamos, de todos) o estrictamente con las entradas, o si el Congreso genera beneficios o costes (algo que desconozco), quién elige las materias y los ponentes y en base a qué criterios, por qué no se hacen otros formatos más dinámicos y participativos, etc, pero eso también daría para otros artículos y arduos debates. Claro que tiempo, tenemos,…hay cuatro años por delante.
En conclusión, y siempre en opinión, creo que los Congresos no estaban pensados para la Abogacía Madrileña, ni para la Abogacía Nacional, ni vienen a representar a la misma, ni la misma se ve representada en ellos. No se les puede calificar de éxito, cuando la asistencia de abogados de despachos individuales o pequeños, la inmensa mayoría en el sector, es tan reducida. En mi caso, han supuesto una decepción, y creo que para muchos compañeros. Habrá que buscar fórmulas que permitan corregir esta problemática, de modo que a los Congresos, los podamos llamar de la Abogacía, sin el que el nombre les venga grande.
0 comentarios
Si lo desea, no dude en comentar. Tras su revisión, el comentario será publicado.